¿Qué es un cortometraje?

En palabras simples, un cortometraje (o corto) es un filme de corta duración. Sin embargo, la duración específica que debe tener un filme, para que se le considere un cortometraje, depende del contexto en el que este se exhiba.

Duración de un cortometraje

A pesar de que un cortometraje se clasifica así por su duración, no existe una convención o definición precisa de qué tan largo o corto deba ser. Así, una película corta puede durar desde unos pocos segundos, hasta casi una hora. En todo caso, la duración máxima de un corto, según varios festivales y encuentros de cine internacionales, ronda generalmente los 40 minutos.

Características de un cortometraje

Como el cine es una forma de expresión artística, cada obra tiene su propia personalidad. Esto significa que no hay una receta universal para crear cortometrajes ni tampoco existen reglas establecidas para producirlos.

En todo caso, a continuación, se presentan algunas características que se pueden encontrar en un cortometraje:

• Su duración es variable, aunque pocas veces sobrepasa los 40 minutos.
• La historia está enfocada en un solo tema, concepto, conflicto o idea principal.
• Se limita a mostrar elementos vitales de una historia y cuenta con un lenguaje visual conciso (no anda por las ramas).
• La cantidad de personajes tiende a ser reducida.
• Los personajes pocas veces tienen diálogos extensos (aunque ello depende del tipo de corto).
• Su presupuesto es inferior al de un largometraje (pocas veces genera un retorno de lo invertido).
• Es una forma práctica de construir un portafolio (tanto para actores y actrices, como para quienes desean producir y dirigir).

Brevísima historia del cortometraje

El cortometraje estuvo en el origen mismo del arte cinematográfico. A finales del siglo XIX, con la introducción del cinematógrafo de los hermanos Lumière y el kinetoscopio de Thomas Edison, se dio el nacimiento del cine. Pero, a diferencia del cine de hoy en día, el trabajo de rodaje y proyección estaba limitado a una sola toma de unos pocos segundos de duración.

Aun así, durante su infancia, el cine era un campo creativo que estaba por ser descubierto. Este nuevo arte se vio influenciado por otras formas de entretenimiento social de la época. Por ejemplo, la mayoría de proyecciones se realizaban en locaciones privadas, espacios feriales, salas de conciertos, y otros lugares similares.

Como la duración de los diversos actos a los que las personas asistían eran de pocos minutos, lo normal era que las películas proyectadas no tuvieran una duración superior a la de dichos actos.

Es decir, tanto las limitaciones técnicas, como las actividades de entretenimiento social de finales del siglo XIX, demarcarían la necesidad del cortometraje como el formato más adecuado para el nuevo arte.

El cortometraje como cinema documental y de ficción

Desde un inicio, el cortometraje inspiró tanto la descripción de la vida cotidiana como la creación de mundos fantásticos. Por un lado, las primeras producciones cinematográficas de los hermanos Lumière eran de carácter documental, mostrando pequeñas escenas de la sociedad de la época.

Por otro lado, el cine despertaría nuevas formas de contar historias en el ámbito de la ficción. Entre las y los pioneros de la narrativa de ficción se destaca la realizadora Alice Guy (1873-1968), quien dirigió y protagonizó el segundo filme de ficción narrativa, El hada de los repollos (La Fée aux Choux, 1896), así como el realizador Georges Méliès (1861-1938), con su famoso cortometraje Viaje a la luna (Le Voyage dans la Lune, 1902).

Ambos artistas sentarían las bases de la dirección y producción cinematográfica como la conocemos hoy, principalmente en narrativa de ficción.

En todo caso, tanto las películas documentales como las primeras producciones de ficción serían de corta duración, muchas veces no pasando de uno o dos minutos en total. Al fin y al cabo, para el público de esta época (finales del siglo XIX e inicios del siglo XX), el simple hecho de poder ver imágenes animadas sobre una pantalla, era ya un hecho extraordinario.

Entra el largometraje

Ya entrado el siglo XX, la producción cinematográfica comenzaría a desarrollar filmes de mayor duración, culminando en el nacimiento de los largometrajes. Un ejemplo de esto es la polémica película El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1915), de D. W. Griffith, cuya duración es de 190 minutos, distribuidos en unos 12 rollos de filme.

Estos largometrajes introdujeron nuevos elementos en el lenguaje cinematográfico, llegando a convertirse en el estándar de la industria, especialmente a partir del período entre las grandes guerras mundiales. El interés del público, hacia estas producciones de mayor duración, impulso la creación de espacios específicamente construidos para disfrutar de las mismas: las salas de cine.

El destino del cortometraje

Los cortometrajes poco a poco dejaron de ser la forma cinematográfica de interés para la multitud. En las primeras décadas del siglo XX, su papel era el de acompañar a los cortos informativos y de noticias. Ambas grabaciones llegaban al público en carretes, cumpliendo el papel que más tarde tendría la producción hecha para la televisión (con la salvedad de que se exhibían a un público numeroso).

Es en este momento, a partir de los años 20, que las creaciones cortas comenzaron a ser producidas como series o episodios. Los temas abordados estaban relacionados con la comedia, aunque también hubo películas de propaganda política. Los cortometrajes de animación y las primeras producciones seriales continuarían siendo exhibidas en las salas de cine y otros espacios similares, con cierto grado de éxito, al menos hasta la llegada del televisor.

Por ejemplo, una de las primeras series cinematográficas fue la de Los pequeños traviesos, conocida también como La pandilla (Our Gang o The Little Rascals), la cual se produjo desde 1922 hasta 1944. Esta serie contó con un total de 220 cortometrajes, siendo similar a lo que hoy conocemos como una serie televisiva.

Los cortometrajes también serían un medio para la expresión artística y experimental. Este es el caso de Un perro andaluz (Un Chien Andalou, 1929), del director español Luis Buñuel (1900-1983), el cual es uno de los cortos más significativos de la historia del cine y del arte fílmico surrealista.

Finalmente, el cortometraje perdería importancia con la llegada del aparato de televisión, mismo que tendría un lugar de honor en el espacio familiar. En el espacio cinematográfico, el largometraje sería la forma por excelencia que mantendría el favor del público.

Cabe mencionar que una de las grandes ventajas de un cortometraje es la de ser un instrumento de aprendizaje para quien desea desarrollar sus habilidades fílmicas. Además de estar allí para quien simplemente prefiere crear historias cortas y experimentar.

Importancia del cortometraje

Para creadoras y creadores, el cortometraje es una herramienta para practicar y desarrollar sus habilidades cinematográficas. En las escuelas de cine, el formato corto es muy utilizado durante el aprendizaje.

De hecho, grandes realizadoras y realizadores iniciaron su práctica cinematográfica y experimentaron con cortometrajes: Quentin Tarantino, Steven Spielberg, Agnés Varda, Alice Guy, Christopher Nolan, Luis Buñuel, Alfonso Cuarón, David Lynch, y un largo etc.

Asimismo, la creación independiente se nutre principalmente de películas cortas, gracias a su bajo presupuesto (cuando se les compara con los largometrajes). A esto se le suma la introducción de cámaras digitales de lentes intercambiables (DSLR) y la grabación de video móvil, lo cual ha causado una revolución en el mundo de la creación cinematográfica independiente.

Otro aspecto que influye en la importancia del cortometrajes es el desarrollo de plataformas de distribución y exhibición de video. Estas plataformas permiten el acceso a una gran cantidad de estas producciones (por ejemplo, Youtube, Vimeo y otras.).

Duración de un cortometraje (según diversos festivales de cine)

Equipo Panda Cinemático